miércoles, 23 de diciembre de 2015

La Búsqueda del Niño Perdido es una de las más vistosas tradiciones populares religiosas que se cumple en los meses de diciembre y enero de cada año en pueblos del estado Lara, especialmente los situados en las inmediaciones de la cordillera andina.

Este acervo cultural viviente, que tiene como principal protagonista el Niño Jesús del pesebre venezolano, se realiza desde el 24 de diciembre, día del nacimiento de Jesús, hasta finales del mes de enero del siguiente año.

La hermosa tradición religiosa, que se lleva a cabo en Curarigua, Barbacoa y otros pueblos de la entidad larense, es una sonora y colorida ceremonia popular heredada de las costumbres andinas.

"La Búsqueda del Niño Perdido es lo que se conoce en Los Andes venezolanos como la Paradura del Niño", aclara Bernardo Yépez, cronista de la parroquia Antonio Díaz del municipio Torres (Carora), cuya capital es Curarigua, uno de los pueblos larenses en el que se cumple esta tradición año tras año.

En conversación con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Yépez cuenta que este acervo social y cultural llegó a Curarigua entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Esta celebración religiosa, añade, había llegado a Barbacoa de Trujillo, estado andino vecino de Lara, también de Mérida y el Táchira, lugares donde se celebra la Paradura del Niño.

Robo, búsqueda y rescate del Niño 

El pesebre o Nacimiento como también se le conoce a esta tradición de escenificar el nacimiento de Jesús con figuras inanimadas, comienza a armarse en las casas de Curarigua a partir del 15 de diciembre.

"El Niño Jesús se coloca en el pesebre pero se tapa con un manto hasta el 24 de diciembre, cuando nace", explica el cronista de Curarigua, pueblo situado a 24 kilómetros de Carora, capital de Torres, y a 130 kilómetros de Barquisimeto.

A partir del 24 de diciembre, "el niño puede ser 'robado' de cualquier Nacimiento del pueblo, luego de que es destapado", detalla Yépez, al comentar además que se lo "roba" aquella persona que paga una promesa al Niño Jesús, por un favor concedido.

Se trata de promesas de salud por familiares que han sido curados, por la buena cosecha en el campo durante el año o por cualquier otro favor concedido.

El Niño se lo "roba" del pesebre el pagador o la pagadora de la promesa y los dueños del Nacimiento deben buscarlo. Para la búsqueda los propietarios del Nacimiento escogen unos padrinos y estos establecen los protocolos de búsqueda del pequeño perdido.

Los padrinos deben conseguir conjuntos de aguinaldos, en el caso de Lara se incorporan grupos de tamunangue, la música autóctona de esta entidad federal.

Los dueños del pesebre, los padrinos, integrantes de la casa en la que ha sido "hurtado" el Niño y vecinos salen con el grupo de música. Van de casa en casa cantando y preguntando por el pequeño Jesús

Yépez narra que "preguntan de casa en casa por el paradero del Niño hasta que finalmente lo encuentran. A veces se consigue fácilmente, otra veces no".

El responsable del "robo" del Niño es "apresado", "amarrado" y llevado con el pequeño Jesús hasta su Nacimiento originario.

La aparición del "niño perdido" dará inicio a una gran celebración. Desde que consiguen el Niño hasta que lo devuelven a su pesebre en procesión le cantan salves, aguinaldos y tamunangues.

Los participantes en la exitosa búsqueda comen y beben. Algunos hombres toman cocuy, bebida alcohólica patrimonial del estado Lara. La celebración corre por cuenta de los que pagan las promesas.

"Hay casas donde dan sancochos de chivo bien sabrosos, en otras ricas conservas de lechosa o de otros dulces autóctonos", como el dulce o conserva de buche, agrega el cronista.

Por Félix Gutiérrez

Agencia Venezolana de Noticias (AVN)

Barquisimeto Enero 2015

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