
Roñoquero
contó en el concurso, que una vez se lanzó al lago de Maracaibo desde un avión
a 3000 metros de altura sin paracaídas, y que cuando cayó, mató a un cocodrilo
del golpe que le metió en la cabeza; que luego nadó hasta la orilla donde salió
a tierra fresquesito.
Cuando
le tocó el turno a Mamblea, contó que él una vez en África se encontró en la
selva con un tigre y un león gigantescos, que se lo querían comer. Narró, que
sin asustarse, se colocó en un sitio estratégico, desde donde apuntó a las dos
fieras en fila, y de un solo disparo, las atravesó con el único tiro que le
quedaba en la escopeta.
La
participación en el concurso le valió a estos personajes ganarse el
calificativo de ser los maracuchos más embusteros que han existido, y no te
creáis voz, que son lo únicos maracuchos exagerados y embusteros; cuando
vengáis pa´ Maracaibo te daréis cuenta de eso.
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